viernes, 2 de mayo de 2008

carta abierta a la asamblea pro legalizacion de la marihuana


Queridos amigos, soy Juan de la chancha, si me conocés bien y si mi nombre no te dice nada no tiene importancia para lo que te voy a decir.

Uds. se reúnen hoy acá para pedir la legalización de la marihuana, para sensibilizar, informar, a la opinión pública, a ese mounstro sin nombre y con la cara de todos los que no conocemos pero que viven en nuestro mismo país y o ciudad.

Antes que nada quiero decirles que llevo casi 18 años sin fumarme un faso, cosa que muchos no pueden creer cuando me ven en ciertos estados de euforia y asunto con el que bromeo habitualmente, diciendo que me caí adentro de la bolsa cuando era chico y desde entonces, los efectos de la droga son permanentes en mí.

Si Sres., la marihuana es una droga como lo es cualquier fármaco o planta que altere nuestro sistema nervioso, es decir nuestra capacidad de sentir y de pensar.

Quiero decirles que a pesar de mi forzada abstinencia sé lo que es estar de la cabeza, lo recuerdo bien y puedo evocar esos estados sin necesidad de fumarme nada, por lo que, como verán, no extraño nada y en verdad me sale mucho más barato.

La marihuana te estimula los sentidos, podés apreciar cosas que de ordinario pasás por alto, detalles del mundo que te rodea, de la música, de los sentimientos, del sexo, de los perfumes, de la naturaleza. En ese estado podés inclusive apreciar cuan ridículos son los comportamientos de algunos seres humanos, codiciosos, egoístas, violentos, estresados, competitivos, cuán cortos de entendimiento son la mayoría de nuestros semejantes y cuánto daño le hace eso a nuestra convivencia.

Pero el poder está en tu cerebro y en tu inteligencia que no son la misma cosa, la droga no hace otra cosa que mostrarte un camino, señalarte un deber.

Por eso, tan importante es permitir que esta sustancia nos ayude a vivir mejor como advertir sobre los peligros de su abuso y del vicio, que vicio puede ser cualquier cosa, hasta lo más placentero. Y vicio es enfermedad, adicción, dependencia, esclavitud y sumisión y nadie quiere eso , si alguien lo quiere no tengo nada que hacer en este grupo.

Advertir sobre las ensoñaciones de la marihuana y su efecto hipnótico es también nuestro deber, advertir sobre la posibilidad de que tengamos un mal viaje, de que la droga se apropie de nuestra vida y nos haga sus esclavos, que vivamos solo para consumirla y que hagamos cualquier cosa para conseguirla o, que en el caso más leve o menos grave, andemos sucios y lleguemos tarde a todas partes porque total, los horarios son para los caretas, la formalidad ya fué, o la honestidad es para los boludos etc etc.

Digo esto porque detesto tanto los apologistas de la droga o sea los que hacen de la droga una religión como los que la rechazan sin haberla probado.

Porque una cosa es cierta, si no la probaste no sabés de que se trata aunque tu soberbia de hombre blanco y racional te lleve a pensar que SOS capaz de imaginar hasta las sensaciones que nunca experimentaste.

La marihuana es relax y diversión una droga pacífica y amistosa que hay que consumir pacíficamente, nos pone en contacto con las delicias de la vida natural, en contraste con la maquinización y robotización que nos propone el sistema: No queremos ser autómatas a sueldo y con horarios, egoístas que miran la tele en cuartos cerrados con llave, pero tampoco queremos ser esclavos de nadie ni de nada.


La vida es dura en un mundo cuya única religión es el dinero y el consumo despiadado, pero todavía quedan espacios donde podemos sentirnos libres y ser felices !!un abrazo para todos!!