miércoles, 6 de febrero de 2008

LA OBSESIÓN POR UNA IDEA


Cuando en 1988, después de aquel rarísimo montevideo rock 2, donde a los tontos les tiraron piedras y nosotros sonamos como la mierda entendí que había hecho bien en abandonar la Chancha.
Porque la decisión ya la había tomado antes, en enero, cuando discutimos la grabación de aquel primer disco y sentí que mis compañeros querían tomarse la banda en serio, cosa que para mí era como firmar su cerificado de defunción.

Pero la verdad es que no podía sacarme esa idea de la cabeza, la cordura me decía, esto es impracticable, absurdo, materialmente imposible, comercialmente un suicidio, abandónalo, haz música comprensiva, tolerante, fácil.

Pero el corazoncito empujaba siempre en la misma dirección, cualquier otra cosa que intentara para llenar mi vida de sentido me dejaba en ridículo. La chancha sigue ahí, esperandome y siguiéndome...


Ahora ya me acostumbré. Cuando yo me duermo ella me da un cabezazo y si un día no la encuentro dejo pasar un tiempo, ella también tiene que descansar de mí.




salute para todos


juan